viernes, 29 de octubre de 2010

La Última Batalla...

    Después de la última derrota en la Hacienda de la Caja, Xavier Mina da órdenes a don Pedro Moreno de que se encargue de volver a juntar las tropas esparcidas, mientras tanto el se dirige hacia con los de la Junta de Jaujilla, ahí les revela que su intención es atacar a Guanajuato con la intención de cortar todos lo víveres que salen de ahí a los sitiadores del Fuerte de los Remedios y obligar a Liñán a levantar el sitio. Además que Guanajuato es una de las principales plazas en importancia para la Nueva España. Tomarla sería un gran aliciente para las desmoralizadas fuerzas insurgentes.
    Sin embargo, los de la Junta de Jaujilla tratan de disuadirlo de su plan, pues consideran que no es un momento propicio para llevar a cabo tal empresa, saben y están enterados del tipo de tropa que está bajo sus órdenes por aquello de la indisciplina que muestran, le proponen que retire del Fuerte de los Remedios, a sus oficiales y tropa que le acompañaron desde su primera expedición, por considerar que el fuerte se encuentra bien abastecido de víveres y bien protegido, le proponen formar un cuerpo de tropas en las tierras que están entre Jaujilla y el Océano Pacífico donde las fuerzas realistas son mínimas a comparación de las del Bajío.
     Pero Mina se opone y los convence de que lo primero es auxiliar al Fuerte de los Remedios atacando y tomando la ciudad de Guanajuato, para lo que los del gobierno ponen a su disposición 50 hombres de infantería, con los que sale rumbo a la Hacienda de la Caja dando un gran rodeo por Puruandiro, ahi estubo dos días, luego salió rumbo a Valle de Santiago donde por poco entra en combate con Orrantia. Después siguió con otro largo rodeo hasta llegar a la Hacienda de la Caja pasando por Pueblo Nuevo.

Parte de la Sierra de Guanajuato

       Ahí en la hacienda ya junto con don Pedro Moreno, juntan unos 1,100 hombres con los que se dirigen a la Hacienda de Burras. Pasan por un lado de Guanajuato (en la noche del 23 de Octubre) para llegar al Mineral de La Luz donde se detuvo todo el día, y donde se juntan las fuerzas de Los Pachones engrosando las filas insurgentes a la cantidad de 1,400 hombres, entre ellos 90 de infantería.

La Sierra de Guanajuato y el Bajío
        Es la madrugada del 25 de Octubre Don Pedro Moreno y Xavier Mina caen en absoluto silencio y de sorpresa sobre Guanajauto, cuando el enemigo se da cuenta de lo que pasa, los insurgentes ya se han apoderado de uno de sus cuerpos de guardia. Guanajuato no tenía más defensa que una especie de cuarteles que daban forma como de un castillito en el centro de la ciudad y que de pronto comenzaron a incendiarse, entonces todo fue alarma y la indisciplina de las tropas rebeldes volvió hacer de las suyas. Nadie acata órdenes, Mina y Moreno hacen todo lo posible por restablecer el orden, pero ni con amenazas logran reorganizar a su gente. En algún momento cesa el fuego realista, pero ni así es posible tomar la oportunidad de intentar el asalto. Comienza a amanecer y ante la noticia de que Orrantia viene a galope, deciden intentar la retirada, sin embargo los accesos (o gargantas) son muy estrechos y todos intentan salir como sea de la ciudad provocando otro desorden. Por fin Mina logra poner algo de orden en la salida ante las descargas realistas que se han dado cuenta de la confusión que reina en los insurgentes. Todavía enmedio de ésta confusión, uno de los Pachones, Francisco, con alguna gente, le prenden fuego al tiro de la mina de la Valenciana, acción que hace enfurecer a Xavier Mina.
     Por fin logran salir y llegan al mineral de La Luz, donde despiden a la gente no sin antes recriminarles lo mal que se ha hecho, aplaudiendo lo que se hizo bien y ordenándoles se sitúen entre Guanajuato y el Fuerte de los Remedios para evitar la llegada de víveres a Liñán.



     Don Pedro y Xavier se encuentran agotados moralmente y saben que necesitan darse unos días para poder poner en orden sus ideas y darle un descanso a sus desgastados cuerpos, cuerpos mal comidos, mal dormidos. se ponen en marcha hacia La Tlachiquera, al rancho El Venadito con solo 40 hombres de infantería y 20 caballos, don Pedro solo se hace acompañar de su sirviente Mauricio. El Venadito es propiedad del señor Manuel Herrera rico oriundo de Guanajuato, quien simpatiza con el movimiento insurgente y amigo de Don Pedro y Xavier, y se encuentra enmedio de la Sierra de Guanajuato por lo que ofrece un lugar seguro y es por eso que deciden quedarse en este lugar. La Talchiquera es una de las puntas del triangulo que se forma junto con León y Silao.

      Orrantia, al saber que los rebeldes se han dispersados se encuentra indeciso sobre que rumbo tomar y de estar en Irapuato se dirige sin una idea clara, pero preguntando por el camino, hacia Silao.
     Se dice que un Padre de Silao daba cada semana misa en un pueblito y ese Domingo se encontró a Moreno y Mina cruzando ese pueblito rumbo a La Tlachiquera y que cruzó algunas palabras con el General mostrando atención y humildad, pero que en cuanto le dieron la espalda montó en su mula rumbo a Silao a contar lo sucedido.
   
     Moreno y Mina llegan al El Venadito ese Domingo 26 de Octubre, y son bien recibidos por los Herrera. Se sienten seguros y confiados por lo que permiten que los caballos sean desensillados y sean llevados a pastar. Ellos, por primera vez en mucho tiempo, se quitan el uniforme y duermen en unas trojes por precaución. Don Pascual Moreno, don Manuel Orozco y don Mariano Zermeño que acompañan a los caudillos, prefieren dormir en un bosque lejos de las trojes y sin desensillar los caballos.

     Orrantia es enterado de la ubicación de los rebeldes y sin dejar descansar a su gente se pone en marcha ese mismo día con 500 caballos a las 10 de la noche para no ser conocido en el camino y llegar a La Tlachiquera en la madrugada del 27. Dispone a su gente en emboscada alrededor de El Venadito esperando la luz del día.
     Y así, apenas clareaba el día cuando Orrantia salió de la emboscada dirigiéndose a todo galope hacia el campamento de los caudillos.
     Don Pedro Moreno fue el primero en escuchar ruido y despertando a su asistente salió en paños menores con su espada que apenas alcanzó a tomar y se ocultó entre unas peñas junto con Mauricio su asistente. A este se le ocurrió ir por los caballos, solo que en el intento es apresado y prometiendole salvarle la vida si les entrega a su jefe los conduce a él. Don Pedro Moreno, El Toro, vende cara su vida, en su mente está el no dejarse agarrar vivo y se defiende atacando con su espada por lo que recibe un certero balazo en la cabeza (señal que conservaba ésta, dice Don Agustín Rivera). Una vez caído, le cortaron  la cabeza y se fueron a presentarla a Orrantia, dejando tirado el tronco de aquél cuerpo.

Monumento a Pedro Moreno en Lagos de Moreno Jal. Representado en sus últimos instantes de vida.
       Dada la voz de alarma y viendo lejos sus caballos, los soldados de infantería y caballería se ponen en fuga. Cuando Mina sale de la troje, también en paños menores, trata de reunir a sus soldados, pero ya es demasiado tade, los realistas están encima y él es aprehendido por un dragón, que no sabía quien era hasta que el mismo se descubrió sin poner resistencia...sin armas ya es inútil la resistencia.
    Fue presentado a Orrantia, quien le dirige algunos insultos en relación a su "traición" al rey, lo golpea con la espada, lo que origina que Xavier Mina, El Mozo, le conteste: "Siento haber caído prisionero; pero este infortunio me es mucho más amargo por estar en manos de un hombre que no respeta el nombre español ni el carácter de soldado".

     Por esta acción el Rey Fernando VII concedió al virrey Apodaca el título de Conde del Venadito.

Homenaje destruido en el Fuerte del Sombrero

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